Tacto Consciente y Reiki

En mi experiencia, pintar y dar masajes son la misma cosa. Elijo usar ambas como herramientas de comunicación, de conciencia (propia) y de sanación. Creo profundamente en el poder sanador del tacto y del arte, y en su capacidad de facilitar conexiones profundas. Veo cómo el arte y el masaje pueden trascender el lenguaje verbal y llegar así al núcleo del ser, permitiendo una comprensión profunda, liberación emocional y expansión de la mente y el corazón.

Tanto la pintura como el masaje terapéutico me permiten estar en contacto íntimo con los misterios de la existencia: la conexión humana, las luchas internas, la belleza de la vulnerabilidad y la trascendencia.

Cada trazo del pincel y cada caricia están impregnados de intención, invitando a quien recibe (que también es quien da) a reflexionar sobre su experiencia con la existencia y a entrar en un diálogo sin palabras. Así como uso el pincel, empleo el masaje para comunicarme a nivel físico y energético. Con las manos como medio, combino técnicas terapéuticas con el tacto intuitivo, trabajando con cada persona para liberar tensiones, desbloquear emociones, sanar, expandirse, recordar y disfrutar. A través de una presión suave y movimientos precisos, facilito una sensación profunda de relajación, confianza y apertura en un espacio seguro para la exploración personal.

Creo firmemente que disciplinas como el arte y el masaje tienen el poder de trascender barreras y generar conexiones más profundas con nosotros mismos, con los demás y con lo divino. Ya sea a través de una pintura o de una sesión de masaje, mi intención es siempre la misma: nutrir la conexión, la comprensión, el crecimiento y el despertar, mediante el lenguaje del arte y del tacto, haciéndonos sentir el momento presente que somos.